La relajación es un arte casi olvidado: pocas personas pueden afirmar que se sienten completamente relajadas a lo largo de todo el día. Esto es debido al grado de estrés que sufrimos en nuestra vida y de la cantidad de tensión inconsciente que acumulamos en nuestro cuerpo. Esa tensión suele traducirse en dolores de todo tipo, que podrían llegar a desaparecer si aprendemos a relajarnos. Con la práctica de la relajación el hipotálamo produce sustancias que contribuyen al alivio de la ansiedad, además de liberarse endorfinas, que tienen propiedades analgésicas, euforizantes y tranquilizantes.
La relajación consciente consiste en tomar conciencia de nuestro cuerpo, en aprender de forma sistemática a vaciar la mente y los músculos de tensiones, a través de una serie de ejercicios.
Con las técnicas de relajación uno se siente mejor casi inmediatamente: 30 minutos de relajación profunda pueden reanimar la mente y el cuerpo en la misma medida que si se hubiera dormido durante cuatro horas. Además, los ejercicios de relajación sirven para darse cuenta de cuáles son las partes del cuerpo más propensas a la rigidez y al dolor. Esto ayuda a estar alerta ante los factores desencadenantes del estrés y a tomar las medidas necesarias para reducir sus efectos y aumentar nuestro bienestar.
A NIVEL FÍSICO:
A NIVEL PSICOLÓGICO: